sábado, 11 de septiembre de 2010

El juego era claro, al menos eso pensaba yo. Creí que por su edad lo sabía. Sin embargo recién hoy lo pude poner en palabras y me di cuenta de que no estaba loca, de que era tan obvia y simple como el resto de las mujeres.
En el taller el profesor leyó un cuento suyo que explicaba en forma de chiste al hombre, al menos al hombre argentino. Y claro! Era eso. Cómo fuiste tan tonto de pensar que yo iba a funcionar distinto que el resto de las mujeres?
Si querés sexo, el juego es: Mentime que me gusta. Tiene una única regla: mentir. Y si dejás de mentir, te quedás afuera, perdés.
Después cada uno busca a otro con quien jugar hasta que quizás te aburrís de ese juego y empezás a jugar otro. Pero no creo que ese sea el caso de él precisamente.

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