domingo, 25 de julio de 2010

The Man hace una cosa y hace otra y me desconcierta. Me hace un super regalo que me encanta pero después, no sé, siento como que tiene las riendas de la "relación" y me molesto. La tranquilidad de todas formas vuelve con rapidez.
Lo mismo me pasa con Luca. Disfruto estar con él, me gusta que esté internado, pero cuando dice que no sabe si se va a quedar, tiemblo. Eso es más complicado porque por más que me diga a mi misma que no me voy a meter en su rollo se que por ahora no puedo y esos sobresaltos que trae la merca me hacen mucho daño psíquico. Por otro lado, es hermoso verlo cuando está limpio. Es otra su mirada, su sonrisa, sus gestos, las charlas. Se des-estructura su cara. Verlo limpio después de verlo tan consumido por esa mierda es como tener por un instante la posibilidad de apreciar tu obra de arte preferida. Sabrían que no exagero si conocieran a Luca. Su belleza externa y su mundo interior traducido en sus palabras.

Hay más laburo y eso me hace bien. Además estoy leyendo más que antes, con más constancia y con los aportes del taller y de The Man aprendo cosas que necesito.

Se va el domingo, tarda pero se va, y mientras tanto tomo una milanta para intentar terminar con la acidez que me generó pasarme el día tomando chocolatada, mate y cafe y comienzo pan casero en la comunidad. Miro capítulos que nunca vi de Mujeres Asesinas y decidí no juntarme otra vez más con mi familia a comer a la noche.  En cualquier momento me voy a acostar así mañana busco el resultado de mi ecografía mamaria y llego temprano al laburo que vuelve jefe1 de viaje y hay que estar para que no colapse.

No hay comentarios: