Teresa, mi nueva terapeuta, dice que no quiero ver a mis amigos porque tengo miedo de que no me quieran. Dice que mi adolescencia fue algo superficial, es decir, me la pasé ebria o fumada, que eso no era yo. Que, por como yo hablo, mi internación fue un antes y un después y que el después de mi internación es mi verdadero yo, sin alcohol, sin porro, sin nada, conectada.
Que trate de entender que quizás mis amigos se confundieron al ver quien era, que piense quienes realmente eran amigos de verdad y que luche por eso. Yo digo que algunos intentaron pero que yo sigo enojada porque soy rencorosa. Entonces me responde que el dolor, cuando se vuelve odio y por ende rencor, significa que viene de otro lado, que arrastra cosas de un pasado y que tenemos que descubrir eso.
Creo que me fui agobiada y que por eso hoy el despertador sonó a las ocho y sin embargo me desperté doce y media del mediodía.
Hace 3 semanas
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