con el casado todo empezó con "hace mucho no nos vemos", "tomemos unos tragos", "cuándo podés", etc, etc.
hace meses que venimos así y nunca la concretamos.
el tema es que trabajábamos en el mismo lugar y mientras que él estaba de viaje, yo dejé el laburo.
facebook nos reencontró.
siempre tuvimos buena onda, me resultaba atractivo. pero él estaba (y está) casado y con un niño. y, si bien se ve desde cien kilómetros de distancia que es un pirata, su estado civil seguía siendo el mismo. además yo estaba ciegamente enamorada de luca y en un buen momento, jamás se me pasó por la cabeza que pase algo.
de repente, el hecho de vernos después de tanto tiempo empieza a cobrar un poco de seriedad y una noche por messenger me dice que puede que me quiera comer a besos. y después por mensajito de facebook me dice que me le escapé de donde laburábamos.
yo venía sospechando algo de onda de su parte, pero no estaba ni un poquito segura. ahora entiendo por qué tanta insistencia en venir a mi casa y no tomar unos tragos en un bar.
no veo la hora de estar solos en mi departamento. quedamos para el miércoles, pero si luca sigue en casa no va a ser posible, pero me muero por ese encuentro.

miércoles 3am: la pavada!

no me puedo dormir. el tema es que dormí siesta, intenté no quedarme dormida porque el documental de los leones estaba buenísimo, pero cuando el sueño empezó a ganarme la batalla me dejé llevar. me acosté sin estar cansada, solo quería estar en mi cama porque me peliee con luca por la pendejita de mierda.
igualmente cuando me despeté, no solo tenía dolor de garganta y congestión, a pesar de haberme dado la vacuna el domingo, sino que también volví a pelear con luca por el mismo tema. después nos amigamos.

a la noche miré tele: botineras, el recital de fito y el tercer capítulo de algo habrán hecho. pero cuando empecé a no entender una mierda, lo apagué. busqué en cable una película para aburrirme y quedarme dormida pero encontré casi famosos, que no es la gran cosa, pero daba para verla porque era el final, el problema es que mi miopía no me dejaba ver los subtítulos y los ronquidos de luca hacían imposible escuchar. entonces me tuve que levantar. tosté pan duro, me hice un te con leche y acá estoy. chateando con dos hombres que me tiran onda, lástima que uno es casado, pero bueno, está para darle y, si bien me dijo que con la mujer está todo mal, todavía no me explicó por qué.

no paro de fumar, mi garganta me odia. y pienso, pienso. y a pesar de que mañana voy a llegar tarde al laburo porque son las tres y veinte y a mi me cuesta levantarme siempre, aunque haya dormido doce horas, estoy bien.

no se qué sentido tiene contar todo esto, pero a veces disfruto estas noche sin sueño y otras veces el insomnio es el peor enemigo que uno puede tener.

bien o mal, sueño ven a mi!

trato de mostrarme indiferente, pero cuando mis intenciones son buenas lo hago o lo digo. no que son buenas intenciones, sino lo que quiero hacer o decir. no me sale ser indiferente a lo que no lo soy. no puedo ser alguien que no soy. no puedo estar a cara de perro indefinidamente, me gusta aclarar las cosas y sentirme en paz con las personas, al menos cuando son cosas tontas. en realidad, cuando son grandes también. intenté buscar mi paz expresándoles a mi ex amigas lo que siento, pero no sirvió de nada.
ya no puedo ser tan transparente como antes, al menos no con todos, eso sí que no funciona. las cosas se confunden, se mal interpretan, sobretodo cuando alguien tiene demasiado ego, o intenta creer que lo tiene.

luca está viviendo en casa, va a quedarse hasta fin de mes. ayer a la noche, después de pelear por el programa de televisión, de charlar sobre cerati y esas cosas, apagamos todo e intentamos conciliar el sueño. a los pocos minutos, desde su cama, me llama:

-china?
-qué?
-querés que te cuente el cuento de la buena pipa?

dice mi psicóloga que lo que hice fue un acting. se refiere a cierto hecho que hasta me da verguenza contar acá.
busco alguien para poder sentirme desvalorizada, una mierda. por qué? porque siento vacío y necesito llenar mi vida, aunque sea con mierda. porque estoy confundida y no se qué cosas buenas ponerle.
entonces volvemos a mi eterno cuestionamiento: la búsqueda de un proyecto.
pero resulta que hablándolo con ella me doy cuenta de que no estoy tan lejos de saber lo que quiero. como que lo se, pero sin discutirlo con alguien, cómo estar segura y tomar una decisión.
igualmente lo voy a seguir pensando.
pero me siento mejor. y me doy cuenta de que cuando me quedo un poquitito tranquila y manejo mi ansiedad, las cosas empiezan a ordenarse, a aparecer solas y eso me da una sensación muy parecida a la paz.
buenas sesiones de terapia, buenos polvos, buenas charlas, buenas canciones, buenas películas... son cosas que dejan cierta esperanza, aunque sea por segundos, no importa.

ayer tuve sexo. no es un acontecimiento generalmente, pero esta vez para mi sí lo fue. por qué? primero porque hace bastante tiempo que no tenía. las últimas semanas con luca, que no se cuantas fueron, no daba para coger. después vino la separación real y el "no tengamos sexo, ni besos, ni nada" y finalmente salí con alguien pero no quise acostarme con él, no me atrajo lo suficiente. así que no se de cuánto tiempo estamos hablando.
la cuestión es que lo de ayer fue increible.
me di cuenta de que soy una de esas personas que después de un tiempo tienen la necesidad fisiológica de coger. eso no quiere decir que vaya a satisfacerlas con cualquiera. pero desde hace dos semanas que necesitaba hacerlo y ayer se dio. y además de que estuvo muy bueno por la química y piel que tengo con esa persona, la satisfacción, digo exageradamente, la absitenecia calmada hicieron de ese acto algo memorable.
la vida se ve de otra manera después de un buen polvo, hablando mal y pronto.

no se qué hacer.. hoy me siento más para el orto que ayer.
trato de ponerle adrenalina a mi vida cuando me siento así, no se por qué, y hago cosas de las que después me arrepiento.
pensar quienes me importan de verdad, me dice él. y no logro saberlo.
ayer no podía dormirme y me fui acordando de cosas del pasado. hacer terapia otra vez y más seriamente, me está removiendo cosas que me molestan. y la odio a mi psicóloga por decir tantas verdades. y me odio a mi misma por haber dejado pasar tres años sin terapia.
tengo tiempo para saber si lo que sueño concluye en algo, dice Cerati, dice Spinetta.
lo que no se es si borrar a mis EX amigas de facebook y messenger. es una boludez, pero me hace mal saber de ellas, saber de sus vidas y que no intenten que las quiera de nuevo. y lo hago y tiempo después me arrepiento porque quiero mirar las fotos en las que no estoy para odiarlas más.
es tan enfermo todo. como si fuera eterno desear que me vuelvan a querer y no conseguirlo. y pensar en el pasado y que las amaba y las seguía viendo por ese amor, pero en realidad las sentía de un mundo distinto al mío. y lo son.
y esa sensación de que nadie me quiere, sensación nueva, yo era el centro de atención, era la que todos llamaba, en donde todos buscaban risas, abrazos, palabras, consejos. ahora soy la nada. la que no extrañan.
y lo llamo a mi viejo, porque escuchar su voz me calma. me hace sentir importante, querida, valorada. todo lo que no siento del resto del mundo.

día de mierrrrrrrda (bien pronunciada la r, por sino se notó)

ayer peleo con Luca por una pendeja de 20 años que le deja mensajes en facebook. yo estoy segura de que ella los dejó para joderme a mi, porque sabía que él estaba conectado desde casa. luca defiende a la pendeja.
hoy me entero que mis EX dos mejores amigas tienen un proyecto juntas, con web y todo. me da odio y qué?
cierta persona me dice que le deje de romper las bolas, me lo "implora".
y todo eso junto me hace sentir para la mierda. porque son pequeñeces, sí, son cosas que no deberían importarme. pero yo me pongo mal por esas cosas, sobretodo cuando todas significan que para todo el mundo, menos mi papá y algún que otro amigo, soy el último orejón del tarro, la persona indeseable, pesada, etc.
esas cosas a mi me ponen mal.
mi psicóloga me preguntaría qué hay detrás de ese enojo por esas pequeñeces, qué es lo que me enoja de verdad.
yo creo que la respuesta es obvio. después de la internación yo me convertí en todo lo que nombré anteriormente. era la querida, la deseada, la buscada, y ahora todo lo contrario.
lo peor del caso es que ella dice que antes de la internación viví casi toda una vida artificial, que esta soy yo. genial, porque a esta yo nadie la quiere.
sigo pensando lo mismo, suene como suene, podría prescindir de vivir. sí, podría.

Teresa, mi nueva terapeuta, dice que no quiero ver a mis amigos porque tengo miedo de que no me quieran. Dice que mi adolescencia fue algo superficial, es decir, me la pasé ebria o fumada, que eso no era yo. Que, por como yo hablo, mi internación fue un antes y un después y que el después de mi internación es mi verdadero yo, sin alcohol, sin porro, sin nada, conectada.
Que trate de entender que quizás mis amigos se confundieron al ver quien era, que piense quienes realmente eran amigos de verdad y que luche por eso. Yo digo que algunos intentaron pero que yo sigo enojada porque soy rencorosa. Entonces me responde que el dolor, cuando se vuelve odio y por ende rencor, significa que viene de otro lado, que arrastra cosas de un pasado y que tenemos que descubrir eso.
Creo que me fui agobiada y que por eso hoy el despertador sonó a las ocho y sin embargo me desperté doce y media del mediodía.

De mi (I)

Cuando estoy de un humor cuestionable, como hoy que es mi tercer día y me siento para la mierda, me molesta soberanamente, hasta incluso puede ponerme iracunda, que una persona que está al lado mio mientras traga un sorbo de algún líquido haga ruido, notable ruido, sobretodo si encima me saca charla. A veces me molesta que me saquen charla, no soy una persona a la que le moleste el silencio y se sienta obligada a hablar simplemente por estar con alguien. Sino tenemos nada de que hablar, no hablemos. Igualmente no soy de otro mundo, los silencios que ameritan incomodidad por causas varias, claramente me me hacen sentir descolocada.
Pero, en uno de estos días de humor cuestionable, evitemos estar tan cerca como para que escuche tus ruidos al tragar y por favor no me hables del clima, del frío, del dolor de cabeza ni de la presión baja.
Te lo voy a agradecer.

Cartas sin marcar

Una vez leí un post de Botona sobre el hecho de encontrarse cartas en la calle. No me acuerdo muy bien qué decía, pero creo que mencionaba que una vez que te encontrás una, después no dejás de hacerlo, como que están todas por ahi.
Yo nunca me había encontrado una carta en la calle y si lo hice no lo noté, pero un tiempo después de leer el post, me encontré una y la guardé. Supuse que a partir de ese momento empezaría a encontrarme más. No ocurrió.
Pero el otro día, mientras esperaba el colectivo, cuando miré el árbol al cual me subo cuando estoy harta y aburrida de esperar, no vi una carta sino casi medio mazo. En ese instante me acordé de Botona, del post, de la carta encontrada tiempo atrás y del hecho de no haber encontrado otra nunca más. Las miré y sonreí, pensé que esas eran todas las cartas que no me había encontrado en ese tiempo. Uno a veces trata de ponerle magia a las cosas cotidianas, de buscarles sentido, y yo sobretodo de afirmar mi convicción de que nada es casualidad.
Entonces las vi y sonreí. Quedaron ahi un rato, para variar el colectivo no llegaba, y yo las miraba. Eran para mi o simplemente era un mazo de cartas cualquiera que se le cayó a alguien o que lo tiró porque le faltaba el resto del mazo.
No lo pensé demasiado y las agarré. Las guardé en el bolsillo para que los que estaban adelante mio en la fila no pensaran que era una rata que agarraba unas cartas mugrosas del piso para no comprar nuevas. El problema fue que ni bien las metí en mi bolsillo y las sostuve con mi mano, una sensación espantosa se apoderó de mi. No sabría explicar bien qué sentí, pero fue algo feo, como un mal presentimiento. Me dije que estaba loca, algo bastante probable, y me las quedé un rato más. Pero la sensación seguía y no tuve más remedio que tirarlas en el mismo lugar donde las había encontrado.
Llegó el colectivo y me sentí aliviada de no llevar esas cartas conmigo.
Al fin y al cabo, sería un medio mazo que quedaría en un cajón y que tiraría en mi próxima mudanza.

es como que busco tener motivos para enojarme más todavía con ellas. no se por qué lo hago, en el fondo me gustaría que se arrepientan y me extrañen e intenten incluirme de nuevo. pero no va a pasar, porque yo ya dije mi parte, algunas de ellas dijeron la suya y ahi quedó todo. y a pesar de buscar razones para enojarme más, aunque ese enojo me destruya, es totalmente masoquista, porque no les voy a decir nada más, ya está, ya fue.
lo peor es que después de ese mail, empecé a tener contacto de nuevo y ahora todo está más presente, cosa que no era la idea.
y en ese mail donde descargué mi opinión sobre todo lo ocurrido y también algunos sentimientos, fui políticamente correcta, cuando me hubiera hecho bien ser más sincera y decirles algo más fuerte, pero creo que tuve miedo  a que las respuestas me duelan más que toda la situación en sí.

y esas ganas de hacer un bolso e irme a la mierda no se van.
escapemos de esta vida, viva el che y los rolling stones!

estoy entusiasmada con la nueva terapeuta.
le cuento algunas cosas y dice: cuando te jode una boludez, en realidad no te jode la boludez, te jode lo que relacionás con esa boludez. tenemos que averiguar qué estás relacionando.
cuando te joden cosas importantes, te las olvidás. hay que cambiar ese mecanismos. y también el del asilamiento, porque eso no te deja crecer. y aguantás todo lo que te pasa dentro de ese aislamiento, aguantás tanto que después te cortás porque no das mas.